domingo, 28 de agosto de 2011

DIVINA COMEDIA

DIVINA COMEDIA

La Divina Comedia (en italiano: Divina Commedia) es un poema épico escrito por Dante Alighieri. Se desconoce la fecha exacta en que fue escrito aunque las opiniones más reconocidas aseguran que el Infierno pudo ser compuesto entre 1304 y 1307 o 1308, el Purgatorio de 1307 o 1308 a 1313 o 1314 y por último, el Paraíso de 1313 o 1314 a 1321, fecha del fallecimiento del poeta. Se considera por tanto que la redacción de la primera parte habría sido alternada con la redacción del Convivium y De Vulgari Eloquentia, mientras que De Monarchia pertenecería a la época de la segunda o tercera etapa, a la última de las cuales hay que atribuir sin duda la de dos obras de menor empeño: la Cuestión del agua y la tierra y las dos églogas escritas en respuesta a sendos poemas de Giovanni del Virgilio.

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CARACTERISTICAS

Dante Alighieri llamó sencillamente Commedia a su libro, pues, de acuerdo con el esquema clásico, no podía ser una tragedia, ya que su final es feliz.

por otra parte, destacó la importancia de laescatología musulmana en la estructura del Infierno dantesco.1

El libro suele presentarse actualmente con un gran cuerpo de notas que ayudan a entender quiénes eran los personajes mencionados. Estos comentarios incluyen interpretaciones de las alegorías o significados místicos que contendría el texto, que otros prefieren leer como un relato literal. Esta tendencia se acentuó en el siglo XX entre los exégetas y críticos de la Divina comedia, muchos de los cuales sostienen que Dante narró una historia en el mundo material de ultratumba tal como se lo concebía en su tiempo.

La Divina Comedia se considera una de las obras maestras de la literatura italiana y universal. Numerosos artistas de todos los tiempos crearon ilustraciones sobre ella; destacan entre ellas las deBotticelli, Gustave Doré, Dalí, William Adolphe Bouguereau y recientemente Miquel Barceló. Dante Alighieri la escribió en dialecto toscano, matriz del italiano actual el cual se usó entre los siglos XI y XII.


ESTRUCTURAS


Cada una de sus partes, o cánticas (Infierno, Purgatorio y Paraíso), está dividida en cantos, a su vez compuestos de tercetos.

El poema se ordena en función del simbolismo del número tres, que evoca la trinidad sagrada, el Padre, el Hijo y Espíritu Santo, el equilibrio y la estabilidad, y el triángulo. El poema cuenta con tres personajes principales, Dante, que personifica a la humanidad, Beatriz, que personifica la fe, y Virgilio, que hace otro tanto con la razón. La estrofa por su parte está compuesta por tres versos, y cada una de las cánticas cuenta con treinta y tres cantos. Dante también utiliza el número diez como cabalístico como número pitagórico, que vemos en los cien cantos de la comedia, compuestos por los treinta y tres de cada reino, más el de introducción. También se puede apreciar la importancia decimal en los diez niveles del infierno, que son nueve círculos más el anteinfierno, donde se encuentran los ignavi, es decir, los indiferentes.

La estructura matemática de la Divina comedia, por otra parte, es mucho más compleja de lo que aquí se esboza. El poema puede leerse según los cuatro significados que se atribuyen a los textos sagrados: literal, moral, alegórico y anagógico. En este poema, Dante hace gala además de un gran poder de síntesis que es característico de los grandes poetas.

INFIERNO

La primera parte narra el descenso del autor al Infierno, acompañado por el poeta latino Virgilio, autor de la Eneida, a quien Dante admiraba. Acompañado por su maestro y guía, describe al infierno que tenía una forma de un cono con la punta hacia abajo y los nueve círculos que poseía en los que son sometidos a castigo los condenados, según la gravedad de los pecados cometidos en vida, en el último círculo "judesco", Dante describe que había una especie de palacio en el cual se hallaban los que traicionaban a sus bienhechores y allí se encontraba Lucifer, él lo describe como un demonio de tres cabezas y dentro de la boca de la principal se hallaba Judas, al cual mordía con sus filosos colmillos como un juguete, mientras este gritaba de dolor.

Dante encuentra en el Infierno a muchos personajes antiguos, pero también de su época, y cada uno de ellos narra su historia brevemente a cambio de que Dante prometa mantener vivo su recuerdo en el mundo; cada castigo se ajusta a la naturaleza de su falta y se repite eternamente. Es particularmente recordada la historia de Paolo y Francesca, amantes adúlteros que se conocieron al leer en el libro de Lanzarote, los amores de la reina Ginebra y esta persona, que fue motivo de inspiración y homenaje por poetas románticos y contemporáneos, así como la historia del conde Ugolino da Pisa, el último viaje de Ulises, tránsito por el bosque de los suicidas, la travesía del desierto donde llueve el fuego y la llanura de hielo de los traidores, estos últimos, considerados los peores pecadores entre todos.

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PURGATORIO


En esta segunda parte, Dante y Virgilio atraviesan el Purgatorio, una montaña de cumbre plana y laderas escalonadas y redondas, simétricamente al Infierno. En cada escalón se redime un pecado, pero los que lo redimen están contentos porque poseen esperanza. Dante se va purificando de sus pecados en cada nivel porque un ángel en cada uno le va borrando una letra de una escritura que le han puesto encima. Allí encuentra a famosos poetas, entre ellos a Publio Papinio Estacio, autor de la Tebaida.

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Esta parte comienza propiamente con la salida Infierno a través de la natural burella. Dante y Virgilio llegan así al hemisferio sur terrestre (que se creía por completo bajo las aguas), donde en medio de las aguas se halla la montaña del Purgatorio, creada con la tierra utilizada para crear el abismo del Infierno, cuando Lucifer fue expulsado del Paraíso tras rebelarse contra Dios. Tras salir del túnel llegan a una playa, donde encuentran a Catón el Joven, que se desempeña como guardián del Purgatorio. Teniendo que emprender el ascenso de la empinada montaña, que resulta imposible escalar, es tan empinada que Dante tiene que preguntar a algunas almas cuál es el pasaje más cercano; pertenecen al grupo de los negligentes, los muertos en estado de excomunión, que viven en el Ante-purgatorio. Un personaje notable de este lugar es Manfredo de Sicilia. Junto a los que por pereza tardaron en arrepentirse, los muertos violentamente y a los principios negligentes, de hecho, esperan el tiempo de purificación necesario para poder acceder al Purgatorio propiamente dicho. En la entrada del valle donde se encuentran los principios negligentes, Dante, siguiendo las indicaciones de Virgilio, pide indicaciones a un alma que resulta ser el guardián del valle, un compatriota de Virgilio, Sordello, que será su guía hasta la puerta del Purgatorio.

Tras llegar al final del Antipurgatorio, tras un valle florecido, los dos cruzan la puerta del Purgatorio, que custodia un ángel con una espada de fuego, que parece tener vida propia. Está precedido por tres jardines, el primero de mármol blanco, el segundo de una piedra oscura y el tercero y último de pórfido rojo. El ángel, sentado en el solio de diamante y apoyando los pies en el escalón rojo, marca siete "p" en la frente de Dante y abre la puerta con dos llaves, una de plata y otra de oro, que San Pedro le dio, y los dos poetas se adentran en el segundo reino.


PARAISO


Libre de todo pecado, Dante puede ascender al Paraíso, lo que hace junto a Beatriz en condiciones que desafían las leyes físicas, encadenando milagros, lo cual es más bien natural dado el lugar en el cual se desarrolla el poema. Dentro del recorrido será de hecho de gran importancia que el nombre de Beatriz signifique "dadora de felicidad" y "beatificadora", pues en esta sección de la Comedia ella releva a Virgilio en la función de guía. En efecto, a través de este personaje, el autor expresa en los treinta y tres cantos de la sección varios razonamientos teológicos y filosóficos de gran sutileza.

Sin embargo, el poeta expresa desde un principio la gran dificultad que significa transmitir el recorrido emocional y físico de trashumanar, es decir ir más allá de las condiciones de la vida terrena. Sin embargo, confía en el apoyo del Espíritu Santo (el buen Apolo) y en el hecho de que pese a sus falencias, su esfuerzo descriptivo será emulado y continuado por otros (canto I, 34). En la introducción del canto II, el autor reitera que para entender las alegorías de la obra es indispensable tener de antemano muy amplios conocimientos en las materias que se van a tratar (II, 1-15).

El Paraíso está compuesto por nueve círculos concéntricos, en cuyo centro se encuentra la tierra. En cada uno de estos cielos, en donde se encuentra cada uno de los planetas, se encuentran los beatos, más cercanos a Dios en función de su grado de beatitud. Pero las almas del Paraíso no están mejor unas que otras, y ninguna desea encontrarse en mejores condiciones que las que le corresponden, pues la caridad no permite desear más que lo que se tiene (II, 70-87). De hecho, a cada alma al nacer Dios le dio cierta cantidad de gracia según criterios insondables, en función de los cuales gozan aquellas de los diferentes grados de beatitud. Antes de llegar al primer cielo el poeta y Beatriz atraviesan la Esfera de fuego.


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